Los Acantilados de Catarroja

Detalle de uno de los acantilados de Catarroja con el que puede colisionar la barca de la Plaza Mayor

Detalle de otro de los acantilados de Catarroj

 

Fiel a su tradición de falta de remate de las obras oficialmente acabadas que recoge el ayuntamiento de sus contratas, vez más, el sorteo de flecos sueltos le ha tocado de nuevo a la plaza del Funeral, también conocida como Major.

Recientemente, después de llevar empantanadas medio año las obras en la plaza del Funeral, de haberse dado mucha prisa en desmantelar, en el primer mes de las obras, lo que quedaba de un parquecito infantil, caduco desde hacía muchos meses, de haberlo utilizado como zona logística de las obras y tras haberlo denunciado en estas páginas públicamente y en redes sociales; Fray Martinus improvisó aceleradamente una solución baratita y rapidita que le justificara ante la opinión pública, poniendo lo que él llama un parque inclusivo. Debe de ser por el cartel que prohíbe el uso a mayores de 18 años, pero yo no he visto usarlo nunca a nadie que estudie secundaria y mucho menos bachiller haciendo uso de las "instalaciones". Aquí cada uno hace de su capa un sayo y en España, todo el mundo se apaña.

Poco tardó en capitalizar este volantazo atropellado como un éxito más de su afamada gestión. En su tradicional actitud de despotismo ilustrado, Louis Martin, el concejal Sol, impuso, de motu proprio, el barquito y las maderitas. Esto lo hizo sin consultar para nada a la ciudadanía que iba a hacer uso de este servicio, porque, total, para qué consultar la opinión de los potenciales usuarios si sólo quedaban, tras las rebajas de julio, el barquito y las plataformitas. Era urgentísimo tapar las bocas públicas que afeaban su gestión.

Agradecemos la prontitud en comenzar a construir un parque aunque se podría haber hecho muchos meses antes. Agradecemos la demostración de la capacidad real y la agilidad que tiene este ayuntamiento para realizar las obras, cuando quiere; pero que prefiere dejar sin columpios a los niños durante meses por pura indolencia, falta de planificación y organización.

El atropello con el que se realizó el parquecito fue un ejemplo de libro de manejo de situaciones de crisis reputacionales. Tengan en cuenta que, tras la denuncia pública el 29 de junio, el 4 de julio ya estaban instalando los columpios y a la semana después ya estaban poniendo el caucho en el suelo. En su improvisación acelerada, no pudieron esperar a asear y sanear la frontera del parque infantil con el césped que lo rodea, dejando unos significativos bordes con el jardín circundante de más de un palmo de altura. El objetivo era tapar bocas públicas, no dar un servicio de calidad al ciudadano, aunque se nos pretenda vender al revés.


Estos caballones que han quedado justo en la frontera del parque infantil con el jardín de la plaza del Funeral demuestran varios aspectos a tener en cuenta:

  • Las prisas y la improvisación con las que se hacen las obras en este pueblo.
  • Lo atentos que están en el ayuntamiento rastreando cualquier posible queja o crítica que se les pueda hacer, especialmente en la RR.SS. En lugar de estar atentos a realizar sus funciones propias con diligencia y profesionalidad, estos esfuerzos no se dedican a la gestión eficaz, sino a nuestro rastreo.
  • Este consistorio ha convertido las RR.SS. en auténticos pseudocanales de comunicación sumamente efectivos en cuanto a la agilidad con la que responde el consistorio a los requerimientos de los ciudadano si éstos se realizan por estas vías y no por las oficiales de instancias a través de su sitio web.
  • Que lo que realmente les pica es su reputación dado que es de ella de donde viven y se les permite eternizarse en sus suculentos cargos. Por eso, si la pones en evidencia, actúan tan rápidamente.
  • Que las obras se hacen en función del grado de irritación de la ciudadanía, priorizando la finalización de aquellas obras que más quejas reciben. Es decir, no existe planificación en la ejecución, sino una política de parque de bomberos que se dedican a apagar incendios reputacionales y quejas vecinales dependiendo del grado de virulencia.
  • Que fruto de ir tapando bocas y apagando fuegos, cualquier cosa vale y se acepta, dejando, como casi siempre, las obras sin rematar, en permanente sensación de improvisación y falta de acabado, dejando sin solucionar muchas veces problemas endémicos anteriores o generando nuevos problemas anteriormente inexistentes.

Lo cierto es que en el contexto de la metáfora marina del barco velero que navega por el mar, va a ser que, al final, no van a quedar mal los caballones que, a modo de Acantilados de Catarroja, intenta sortear girando el velero a babor en concienzuda y magistral maniobra de los capitanes de barco que deseen tripular y realizar semejantes hazañas.

Y para que quede bien señalizada la zona y no hayan naufragios en la costa, han convertido a Manolito en un faro al que le han sustituido las vallas que le rodeaban por cuatro chapas de MDF colocadas provisionalmente para disimular durante estas fiestas, como ya hizo con el estanque. Chapas que se desharán a las primeras lluvias otoñales que vengan. Otra chapuza improvisada de quien no sabe cómo solucionar los temas definitivamente.




P.D. Tal y como se afirman en las líneas anteriores, no había pasado escasamente ni una semana, cuando las predecibles lluvias que siempre caen en estas fechas, hicieron su aparición. He aquí el nefasto resultado cuya lamentable visión fue tapada mediante otra chapuza a raíz de las denuncias que se hicieron en las RR.SS.

 

 

 

 

 






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