Cuando uno pinta en casa, normalmente se cuida mucho de gotear la pintura por el suelo o de dejarla allí secar porque luego cuesta más de limpiar. Así mismo, si tienes obras en casa, cuando se acaba la faena realizada ese día, se barre, como mínimo, para evitar que el polvo se apodere de toda la casa.
Sin caer en un Trastorno Obsesivo Compulsivo, uno en su casa intenta acabar mínimamente lo que hace. Así, tras pintar la casa, se suele hacer una limpieza general. Si haces una reparación en la pared, luego luces y pintas el yeso que ha quedado al aire y limpias la zona.
¿Qué pensaríamos de una persona que, tras tardar un montón en realizar un mantenimiento necesario, además, dejara todo a medias y sin acabar? ¿Qué pensaría de un pastelero que no le poner cobertura a la tarta y no la acaba con una guinda? ¿Y un telediario sin cortinilla de cierre? Pensaríamos que esa persona es una dejada, a la que le da igual el estado de su casa y que además, tiene poco gusto por el trabajo bien hecho, por los detalles y por un acabado digno, tanto para esa persona, como para todos los que viven en esa casa.
Pues bien, los que dirigen el ayuntamiento, llevan años manifestando esta actitud indolente que no sólo se percibe por la ingente cantidad de tiempo que les lleva tomar la decisión de arreglar algo, sino que cuando, por fin, ya lo han arreglado, siempre quedan flecos permanentes que no son corregidos hasta que alguien no les afee en público su desdén. Sólo frente a la denuncia pública de su desgana, reaccionan.
Así, por ejemplo, se muestran a continuación algunos detalles de los muchos que llevan realizando en los últimos años.
Sustitución de baldosas en la rampa del aparcamiento del ayuntamiento
Debido al tráfico de entrada y de salida del aparcamiento municipal, estuvieron rotas las baldosas de la rampa durante meses. Cuando por fin se decidieron a arreglarlo, el 22 de febrero de 2022, la cosa quedó como se puede ver en la siguiente foto.
Señalética de tierra en el polígono industrial de Catarroja
Seguramente ustedes se acordarán del famoso plan E del visionario de Zapatero. Una fiesta de millones que llovieron gratuitamente en muchísimas arcas municipales, no para sanear sus cuentas, sino para fingir que España va bien en un contexto de crisis galopante que lo único que consiguió fue hundirnos un poco más y mantenernos en una crisis de la que ya no hemos vuelto a salir.
Fruto de aquellas ocurrencias improvisadas, se construyeron algunas rotondas en el polígono industrial de Catarroja. Por lo visto, aquella decisión meditada respondía a un clamor popular intenso (modo irónico ON).
Pues bien, se improvisaron deprisa y corriendo aquellas rotondas, pero nadie en TODO el ayuntamiento cayó en la cuenta que no se puede hacer una intervención de tal calibre en un polígono sin afectar a la señalética de tierra anterior. Y así, se produjeron esperpénticas contradicciones entre lo que marcaba las señales de tierra y la realidad de las glorietas construidas.
Así estuvo durante años esta señalización hasta que la oposición lo denunció en las RR.SS. el 11 de mayo de 2022. Y sólo entonces se pusieron a desfacer los entuertos improvisadamente. Aquí tienen las chapuzas con las que solventaron las desaveniencias, dos años después de hacerlas.
Como todo en este ayuntamiento que nos ha tocado vivir, se improvisa una solución rapidita y baratita que luego se queda permanentemente provisional. No hay gusto por el trabajo bien acabado, bien hecho. Todo se realiza a golpe de impulso, molt a lo valencià: "(poc) pensat i fet"
Plaza del Funeral
Hizo falta docenas de denuncias como esta, esta, esta, esta... para que el ayuntamiento te tomara la molestia de remodelar la plaza.
Manolito, el monolito de luz
Manolito, la columna de luz que estaba en la plaza fúnebre de Catarroja, estuvo languideciendo tristemente durante años, en los que su mantenimiento brilló por su ausencia hasta que, finalmente, tuvo que ser desvalijado y reconvertido en una columna funeraria negra y sin luz.
Pero incluso en dichas circunstancias, Manolito acabó convertido en un cubo de la basura. Pero incluso eliminando la iluminación de la columna de luz, se dejaron la caja de distribución del antiguo cableado. Es que hay que hacerlo adrede y con desidia y desgana. Por lo visto, los presupuestos estaban tan ajustados que no se presupuestó la media hora de retirada de la caja de distribución ni el tapado de la parte interior de Manolito, para que no se llenara de basura, ni pudiera representar ningún daño a la chiquillería que pulula por la plaza siempre falta de experiencias desafiantes.
Adefesios urbanos
Para muestra, un botón de fealdad injustificada que el consistorio nos estuvo imponiendo orgullosamente durante lustros hasta que, por fin, acabó con él el año pasado tras acabar previamente con los árboles del Camí Real que también estuvieron lustros acompañando al adefesio.
Talado premonitorio que anticipaba el aciago destino del adefesio.
Pero en su sutil y fina crueldad estética, nuestro oscuro concejal de urbanismo ha maquinado otra venganza fría contra la ciudadanía: dejar constancia de la fealdad anterior manteniendo la cicatriz que nos recuerde aceptar esta fealdad porque la otra todavía era peor.
Porque de aquellos actos de los que no está orgulloso nuestro concejal, bien que se cuida de ocultar los indicios de su conducta.
Bolardos y pérgolas
Por ejemplo, para tapar los agujeros de las pérgolas anteriores en la Plaça Major, sí que hay presupuesto y losas.
Sin embargo, para los bolardos eliminados en otras calles, tampoco hay presupuesto.
Y la cosa se repite de forma sistemática en lo que viene a ser el modus vivendi del ayuntamiento.
O incluso en la plaza mayor, donde no han dudado en dejar las señales de la pérgola anterior.
Atentados estéticos eléctricos
Es lo mismo que ocurre cuando año tras año, haciendo gastar al pueblo millones de euros en peatonalizaciones, eliminación de plazas de aparcamiento gratuitos en la calle y demás. Tantas obras, estudios y dineros gastados para mantener sistemáticamente TODOS los cables a la vista y sus atentados estéticos correspondientes. Una merma visual que genera la bajada de precio a las propiedades privadas que tienen que sufrir en encarnizamiento cablístico de las compañías eléctricas y de telecomunicaciones, bajo el consentimiento tácito de los que deberían defendernos, en lugar de regocijarse en nuestro oprobio público. Miren ustedes si el ayuntamiento consentiría estos atentados urbanísticos en su propia casa, en el Camí Real.
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