Este monolito de luz que lleva tanto años con nosotros, se ha ganado un nombre (Manolito) por ser uno de los sitios emblemáticos de Catarroja.
En días ventosos como hoy, me pregunto cómo ha dejado deteriorar tanto el ayuntamiento las infraestructuras, sin darles el más mínimo mantenimiento durante años. Tal vez el deseo oculto de este consistorio sea que acabe por caerse de puro viejo y corroído.
Tan clamoroso me resulta el silencio de mantenimiento realizado por este ayuntamiento en este caso que me invita a pensar si es que al ayuntamiento le importa dos berzas la seguridad de todos los que hemos estado en las recientes fiestas al alcance del mismo, incluyendo a los músicos, fallas, festeras... si se hubiera caído; o si le importa un bledo los cientos de niños que corretean por la plaza a su sombra.
Tal vez esté esperando que algún balonazo acabe con su tarea o que alguna Dana tumbe a Manolito y, en su caída, deje algún recuerdo de niños ciclistas tetrapléjicos en el pueblo.
De verdad rezo porque acabe pronto la amenaza y que no haya ningún percance en el ínterin.PostData
Agradecemos desde estas líneas que MESES después de esta publicación, se haya hecho algo por Manolito y se hayan puesto las medidas oportunas para que el lamentable estado de conservación de la torre de luz, al menos, no ofrezca amenazas severas para la integridad física de la población.
Reconocemos que se ha protegido la base de la columna de la corrosión dotándola de un revestimiento de piedra que no será tan vulnerable al orín de las mascotas, se han eliminado las placas de plástico blanco que podían acabar aterrizando en la cabeza de un transeúnte y se ha eliminado la obsoleta instalación de luz.
Por contra, no se ha restablecido su antigua funcionalidad, quedando como una especie de poste metálico NEGRO sin funcionalidad estética ninguna. Por
otro lado, me parece de absoluta coherencia con el mantenimiento dado
al estanque de la misma plaza o con el mismo aciago
destino que Croqui en el parque de Secanet o que el estanque del músico
José Manuel Izquierdo. Ciertamente, resignificar una estructura, antaño de luz, por una columna funeraria no creo que sea lo más adecuado para la plaza, ni lo que hubiera deseado la ciudadanía, si se le hubiera preguntado. Es la estética por la que se decanta Jack Martin, el enterrador.
Lo lamentable de todo este asunto es que se haga dejación de funciones de mantenimiento durante años, por parte del ayuntamiento, hasta que la situación se convierta en un verdadero peligro público. Mantenimiento que habría costado, a lo largo del tiempo, mucho menos que esta extensa reparación y además habría mantenido la plaza en condiciones de seguridad y estéticamente agradable, en lugar de condenarnos a tener que soportar los riesgos de caída de la estructura o de partes de ella, peligros de cortocircuitos eléctricos por estar sus instalaciones sin protección al aire o tener que soportar la visión de un amasijo de hierro que ni en la chatarrería lo habrían admitido.
Se observa claramente que este ayuntamiento sólo reacciona cuando se realizan denuncias públicas y sólo con ellas para evitar el deterioro reputacional que pudiera conllevar pérdida de votos en las elecciones de las cuales sacan ellos su modus vivendi.
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