Gracias Sr. Alcalde de Albal (II)

Ya se le veían las formas y las intenciones al avaricioso del Sr. Alcalde de Albal. Ya avisamos en reiteradas ocasiones de lo que pretendía el Sr. Alcalde de Albal. Desde los instantes después de la tragedia, cualquier persona no experta, podía darse cuenta de la reconstrucción no podía ceñirse a volver a hacer las cosas de igual manera que estaban antes.

Y ciertamente, así ha sido. El Sr. Alcalde de Albal, siguiendo el hilo de la Sra. Alcaldesa de Catarroja, no sólo no ha dejado las cosas como estaban antes de la barrancada, sino que también las ha dejado peor de lo que ya estaban antes.

En su usura institucional, no ha dudado en conceder graciosamente más licencias de construcción que estrellas hay en el cielo precisamente en el límite de separación con Catarroja. La cuestión no tendría más importancia si no fuera porque ambas poblaciones pertenecen a la comarca de l'Horta sud de Valencia. Y como todos sabemos, no hace ni un año, en esa zona limítrofe, el agua subió dos metros de altura porque una de las características de esta comarca es que los términos municipales de estos pueblos confluyen según la caída de las aguas.

Justo un mes antes de la barrancada, acababan de comenzar la entrega de llaves de los primeros inquilinos de dos moles de pisos justo al lado del parque del Secanet, pero en el término de Albal.

Edificio cuya entrega de llaves comenzó justo un mes antes de la barrancada

Si observan más de cerca, el edificio ha vuelto a su anterior normalidad, un año después de la barrancada. Sin embargo, la zona plana que se supone que tiene que adosarse al siguiente edificio gemelo que se construirá en la parcela que hay al lado, esa no se ha tocado.

Pueden observar, en la parte inferior del edificio, la raya dejada por la altura a la que llegó el agua embarrada durante la barrancada

Esta marca está situada a un metro y medio respecto de la altura de la calle

Un paleocauce es el vestigio residual que ha quedado de un antiguo rio, que ya no existe, pero que todavía conduce las aguas de la inundación a esa zona. Hace unos 20 años, cuando comenzaron a urbanizar la zona, el alcalde de turno de Albal ya conocía el riesgo inundable en el que se encontraba la zona del paleocauce que separa los términos de Albal y Catarroja. Es por eso que no sólo lo urbanizó impunemente, sin oque además, se permitió la chulería de subir medio metro adicional a la zona para que cuando vinieran las aguas, que se desplazaran hacia Catarroja.

Detalle del desnivel de medio metro existente en la zona elevada artificialmente por el ayuntamiento de Albal en contra de Catarroja

De no haber estado el terreno elevado artificialmente medio metro sobre el nivel del terreno natural, el agua habría alcanzado ahí los dos metros de altura.

El alcalde catarrojence del PiPí de entonces, el Sr. D. Francisco Chirivella, no opuso resistencia al alcalde, también del Pipí, el Sr. D. José Vicente Sanchis Vila (1999-2003). De aquellos polvos, estos lodos; nunca mejor dicho. Durante los últimos años, el Sr. alcalde de la PSOE, el Sr. D. Ramón Marí Vila, con buen criterio, dejó perderse dicho plan urbanístico, no autorizando licencias de construcción en la zona. 

No ha sido hasta la aparición del Sr. D. José Miguel Ferris Estrems, del PiPí, que no ha sido activado ferozmente, de nuevo, este plan urbanístico.

Y en ello, llegó la barrancada. No sabemos si "estimulado también personalmente" por los propios interesados en convertir un paleocauce en una urbanización residencial, o por afinidad política, se están concediendo licencias de construcción contrarreloj, como si no hubiera un mañana, precisamente en mitad del PALEOCAUCE, en la zona más inundable de Albal, en la zona más deprimida del pueblo, donde con toda seguridad acudirá el agua en masa la próxima barrancada.

Al edificio que pillaron acabándose durante la riada, ya se han unido dos grúas adicionales que comenzaron las obras a pocos meses de la barrancada. Pueden verse al fondo las dos grúas. Lo que en el verano eran sólo cimientos, ya puede observarse cómo la construcción ya está alcanzando el primer piso.

Por si eso no fuera poco, al lado del edificio que pilló acabando la construcción, ya hay otra grúa preparándose para la construcción de otro edificio que se encuentra ahora mismo en la fase de extracción de tierras previa a la cimentación del edificio.

Grúas de construcción de nuevos edificios

Adicionalmente, pueden ver DOS carteles más advirtiendo del inicio inminente de la construcción de más edificios. 

Detalle de la extracción de tierras previas a la cimentación del edificio

La actividad es frenética.

Por supuesto, nada de aparcamientos en altura, ni de entrada de coches en rampa de subida, no de bajada a sótano, ni edificios destinados exclusivamente a aparcamientos disuasorios, ni nada parecido. Puede observarse en la foto, al fondo, detrás de la grúa, cómo continúa a toda marcha la construcción del edificio mencionado anteriormente, que ya va por la construcción del primer piso.

Visto con más detalle en la siguiente foto.

Pero por si esto no fuera poco, vean a continuación la manzana completa que ya está siendo vallada indicando claramente el comienzo inminente de otra construcción en mitad del PALEOCAUCE.



Pero es que si giran la cámara hacia el otro lado, enseguida se puede ver que el resto de parcelas ya tienen un amo cuya intencionalidad es claramente constructiva.


La especulación es descarada y contrarreloj, no vaya a ser que se den cuenta demasiado pronto del desmán urbanístico y paralicen las obras. Cuanto más tarden en detener cautelarmente las obras y enmendarle la plana al Sr. Alcalde de Albal, más costará la expropiación de terrenos y las indemnizaciones de las obras al erario público. Es decir, tus impuestos.

Cuanto más se deje avanzar esta insensatez, menor será la posibilidad de revertir estos excesos depredadores de alcaldes sin escrúpulos. Alcaldes dispuestos a llenar, como sea y a costa de quien sea, las arcas de un ayuntamiento avaricioso que no tiene ningún empacho en exponer a riesgos reales de muerte a sus futuros habitantes. Un ayuntamiento que, en lugar de velar por la seguridad de sus ciudadanos, no dudará en cobrar suculentos derechos de obras, exquisitos IBIs anualmente a los incautos desgraciados que tendrán que sufrir en la próxima barrancada, no metro y medio de agua en sus bajos, sino más de tres y por más tiempo.

Y mientras tanto, la Consellería de Medio Ambiente se inhibe de reprocharle nada al Sr. Alcalde de Albal porque son del mismo partido, amparándose en que al ser terreno urbano y municipal, no tiene competencias. Y la alcaldesa de Catarroja, no denuncia, para que tampoco le denuncien a ella sus desmanes. Y el pueblo impotente, impasible, observa los acontecimientos mientras le van poniendo cada día más en peligro, con total impunidad, riéndose en su cara.

De esta manera, mientras el alcalde del Pipí orina encima de la cabeza de sus propios súbditos albalenses y de los ciudadanos de Catarroja, diremos que llueve y que la culpa es del cambiazo climático. Y así, en la próxima riada, cuando superemos los cuatro metros de altura, la culpa también se la tiraremos al cha-cha-chá climático, pero nunca a los que provocaron, con sus acciones deliberadas, que nos encontremos en precario por culpa de un puñado de dólares.

Si piensas que esto ha sido algo fortuito, no lo creas, se ha perpetrado con alevosía y premeditación con anterioridad. Cuando todos estábamos todavía enfangados, intentando rehacernos del desastre, ya había gente astuta que supo ver oportunidades donde otros no veían más que inconvenientes.

Comentarios