Estaba la explanada de fuera del castillo llena de gente con palos y antorchas. Pregunta el Señor al ayudante de cámara: "¿Qué hacemos Walter?" y Walter responde: "Dígales a los que llevan estacas que los que llevan antorchas quieren quemarles los palos"
Para que pueda haber una buena lucha de clases de la cual sacar una buena tajada, primero hay que dividir la sociedad en al menos dos bandos y después enfrentarlos entre ellos. Esto es de primer cuatrimestre del curso introductorio a cualquier estudio marxista que se precie.
Para justificar la lucha, hay que generar una situación de emergencia que requiera de soluciones urgentes, siempre poniendo al ayuntamiento a favor de los más desfavorecidos.
Así, suele abusarse del concepto Pacificación del tráfico. Dando a entender implícitamente que previamente existía una guerra en la que nadie había caído y a la que hay que llevar la paz. Obviamente, si existe una guerra, es porque existen al menos dos bandos que luchan entre sí. Es la vieja estrategia típica descubierta por el il.luminatti de Marx que denominó "Lucha de Clases". "Calmar la velocidad" o "Calmar el trànsit" es otro eufemismo cursi del concepto de lucha de clases.
Tú estás nerviosos. Ellos te van a calmar
No se puede calmar aquello que ya estaba en calma. "Calmar la velocidad" es otro eufemismo cursi de la neolengua marxista que en realidad quiere decir prohibir recorridos en línea recta que sean intuitivos y rápidos en llevarte a tu destino, poner señales de prohibido en todos lados, bajar aún más la velocidad de desplazamiento para que tardes más en llegar de un sitio a otro y al final sea más rápido ir a pie o en bicicleta...
Tu seguridad ante todo
Así se afirma que, con esas actuaciones, la ciudad será más segura; dando a entender que antes era insegura o, al menos, más insegura que tras su actuación. Es como lo del detergente para la ropa, que siempre lava más limpio que el anterior, sin especificar ni cuantificar cuánto dejaba limpia la ropa el anterior, ni en cuánto ha mejorado el actual al que sustituye, ni si vale la pena pagar más por tan insignificante aportación.
Concejal de infraestructuras, en pose marcial de mariscal al mando de las obras
Al igual que pasaba durante la plandemia, se notaba quienes estaban al mando porque no llevaban las mascarillas. Así, en esta foto, se sabe quien es el que está al mando porque no lleva mono de trabajo ni señalización de seguridad.
Urbanismo táctico
Así, en el uso del lenguaje belicista, aparecen también constructos militares como el "urbanismo táctico", del que tanto se llena la boca el concejal.
Sin embargo, el propio concejal se olvida de que estas actuaciones que están encaminadas a modificar los espacios urbanos fomentando los intereses locales de un barrio o comunidad o buscando generar un valor añadido de servicio público, se basan fundamentalmente en que deben de disponer de un amplio respaldo de la población local y deber de ser fruto de procesos de participación ciudadana y que parten de una genuina iniciativa ciudadana inicial. Algo que no ocurre en este ayuntamiento caracterizado por su absolutismo ilustrado.
Es por ello que, si todas las actuaciones tácticas que ha emprendido últimamente el ayuntamiento son fruto de las iniciativas ciudadanas y no se realizan salvo que haya una fuerte demanda civil, entonces, es muy posible que muchos de los que leéis esta entrada hayáis sido consultados por el ayuntamiento para realizar la "acciones tácticas".
En ese caso, por favor, ¿podríais indicar en los mensajes a esta entrada si habéis sido vosotros los que habéis propuesto las "acciones tácticas"? ¿Seríais tan amables de indicar cuál es el canal por medio del cual habéis participado en la consulta masiva?¿Existe algún medio de validar si lo indicado por vosotros coincide con lo que finalmente se ha realizado?
Emergencia climática
Emplear muletillas como el "combatir la emergencia climática", son un claro ejemplo del uso del politiqués aplicado a una lucha de clases, en este caso entre la clase ecologista y el resto de la ciudadanía, en la que hay que emplear un lenguaje bélico que refuerce la doctrina de Shock con la que justificar cualquier ocurrencia.
Obsérvese el empleo del verbo "Combatir" que tiene el sentido de atacar, reprimir, refrenar un mal o un daño y oponerse a su difusión. Obsérvese el concepto de "Emergencia" que recuerda el sentido de un suceso que pilla por desprevenido, un accidente que sobreviene, un percance, una desgracia que sobresalta y deja en estado de shock al que la recibe. El uso de esta palabra tiene la finalidad política explícita de introducir al pueblo en una situación de peligro o desastre que requiere de una acción inmediata. Por lo tanto, justifica la aplicación de ideas poco meditadas o improvisadas debido a la celeridad con las que supuestamente hay que darlas, justifica los fondos empleados y además, deja impune a quien así actúa porque se trataba de una situación extraordinaria en la que no se puede aplicar los criterios que sí se haría en otras circunstancias "normales". Es necesario crear una percepción de urgencia que nos coloca implícitamente en una situación de necesidad y nos define como enfermos y heridos graves que necesitan los cuidados inmediatos de estos que se autopostulan como médicos que conocen nuestra situación, nos dan su diagnóstico y conocen los tratamientos efectivos para volvernos a la "nueva normalidad".
En ese diagnóstico, aparece la coletilla "climática" que se emplea con total naturalidad en cualquier comunicado relacionado con la eliminación de aparcamientos.
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