Losas que tapan las vergüenzas

Jack Martin, el enterrador de Catarroja, se caracteriza por sepultar todo bajo toneladas de escombros, tierras o directamente losas de piedra. El marzo de 2023, nos aplicó, de nuevo la doctrina de shock (1) que tanto le gusta y que le caracteriza. Esta vez la actuación estelar consistió en cortar de raíz el frondoso bosque que teníamos en la avenida principal del pueblo, en el Camí Real. Y haciendo uso de sus facultades innatas de enterrador, no dudó ni un segundo en enterrar bajo tierra y losas de piedra todos cuantos árboles pudo sepultar antes de que se diera cuenta la ciudadanía.

El ladino concejal, no sólo sustituyó frondosos árboles por raquíticos ejemplares sino que, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, procedió a disminuir la cantidad de árboles plantados.

Y para evitar que una ciudadanía conmocionada pudiera protestar, cubrió rápidamente los huecos con losetas, que ya tenía preparadas para la ocasión siguiendo su fabuloso plan premeditado. Aquí dejamos algunos ejemplos de su magnífica actuación. 


Seguro que a Ramón Díaz Moreno, le habrá hecho mucha gracia esta decisión. Un abrazo desde estas líneas y mi más sentido pésame.

Aquí otros ejemplos de árboles sisados a la ciudadanía de Catarroja y que desde entonces, ya nunca se supo de ellos





Se pueden detectar fácilmente porque la distribución original de árboles seguía minuciosamente una cadencia de arbolado. Cuando, de repente, esa cadencia se interrumpe, no falla, miran hacia abajo y ¡Zas! unas lápidas confeccionadas con losas más recientes que las originales aparecen disimulando la fechoría.

En algunos sitios, hay hasta dos árboles consecutivos eliminados.

Propongo incluir, una nueva actividad de la Escoleta d'Estiu, dentro del marco de las actividades que desarrolle la concejalía de Medio Ambiente. Para ello, propongo realizar una Yincana que consista en contar todos los árboles talados y no repuestos que aparecen en el Camí Real, desde el barranco hasta la rambla de Albal.

Ni qué decir tiene que, como consecuencia de estas actuaciones, desde entonces, la temperatura media del Camí Real se ha incrementado notablemente. Pueden ver como los hosteleros han tenido que rascarse su bolsillos privados para adquirir las sombrillas sustituyan a los árboles talados.

Esta subida súbita de temperatura le dio pie a Jack a afirmar que la culpa no era del chá-cha-chá, sino del cambio climático. Cambio al que él había contribuido con tanto frenesí, como ilusión. No sólo por la cantidad de CO2 que obligó a quemar para poder realizar todas esas "transformaciones" que tan dado era a vender posteriormente como ecosostenibles, sino por que dichas transformaciones consiguieron que Catarroja fuera un lugar menos habitable y más inhóspito.

Y por supuesto, atendiendo a este ejemplo de libro de aplicación de la doctrina de Shock, todos hemos tragado con el atentado ecológico perpetrado por quien se erige como defensor del ecologismo sandía (verde por fuera, pero rojo, rojo por dentro) de salón.

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(1) El libro "la doctrina del Shock", escrito por la periodista canadiense Naomi Klein, propone una secuencia de pasos por medio de los cuales, se pretende implantar políticas o reformas impopulares. A diferencia de la Ventana de Overton, la técnica empleada consiste en tres pasos:

  1. Se planea un desastre o contingencia de forma artificial. Si se necesita que sea demasiado grande para las capacidades propias, se puede esperar pacientemente a que ocurra de forma natural.
  2. Se ejecuta el desastre o la contingencia para que se genere un gran impacto social que deje  aturdida a la sociedad empleando técnicas de psicología social. El CoViD, el 11S, el 11M... son claros exponentes de este tipo de actividades de ingeniería social.
  3. A partir de la conmoción social provocada y ante la falta de respuesta social, porque la atención está fijada en el desastre, se ejecuta la política o reforma social que se pretendía realizar. Obviamente, si se hubiera realizado dicha política sin dicha conmoción, ésta no se habría aceptado.

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