El lago más grande de toda Catarroja

 

Lago de Pelayo

Quisiera agradecer desde estas lineas al ayuntamiento de Catarroja su iniciativa y deseo de enmendar errores anteriores cometidos en la desecación del lago artificial del parque del Secanet. Todo un intento loable por parte de quienes nos privaron de un área fresca en los tórridos veranos mediterráneos.

El agua verde  estancada ya informa de la fauna salvaje que vendrá a amenizar las tórridas noches estivales de los vecinos, aguijón erecto, y cuyas casas no necesitarán ya ambientadores artificiales dado que el mismo estanque se encargará de ello.

Dice el ayuntamiento de  Catarroja que están reconstruyendo los márgenes del barranco de Pelayo.

¿Desde cuándo un barranco tiene su agua estancada? En todos los barrancos, el agua fluye. Y es un barranco porque el agua no siempre fluye, porque si no, sería un río. Si el agua está estancada, es que no estamos viendo un barranco, sino un lago. En este caso, el lago más grande de toda Catarroja, porque el anterior, ya se lo cargaron.

Llamar a esa calle, "barranco" me suena a sarcasmo. Y para rematarlo, unos partidos antimilitaristas como Compromís y la PSOE, que ostentan el poder en CatarRoja, ordenan al mismísimo ejército que les aplane y les nivele el terreno de uso agrícola del término municipal de Albal para montar un aparcadero de 200 coches justo en la mitad del paso del agua. No se si denominar a esto: "justicia poética". El lirismo de la realidad supera a los más altos poetas.

Una actuación con la que se ciega totalmente lo que el mismísimo ayuntamiento de Catarroja denomina y reconoce como "barranco"

Otro caso paradigmático de alucinaciones típicas de un consistorio desconectado de la realidad que, en lugar de comprar los terrenos destruidos al lado del verdadero barranco para ir solicitando la reconstrucción y ampliación del barranco hasta la Albufera, se empecina en dejarlo todo listo para volver a tropezar con la misma piedra el próximo 29 de octubre de 2025.

Comportamiento este que no deja de ser un caso de libro de esquizofrenia política cuyas consecuencias volveremos a pagar los mismos de siempre.

Sostenella y no enmendalla. 


P.D.  El icónico reflejo de la grúa en la superficie cristalina del agua del lago no deja de ser una poesía, cuyo sarcasmo sólo puede ser equipararse a la denuncia del nepotismo de las autoridades que autorizaron las obras y al iluminado que las propuso. Y la grúa apunta hacia Albal. Lo dejo ahí.


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