TRES MESES DESPUES...

Hace poco, asistimos a la inauguración del tercer comercio que se pone en marcha por la zona del Fumeral, antaño repleta de bajos comerciales. Druni ya ha dicho que no va a volver a abrir, Mercadona de Filiberto recién abierto la semana pasada, imagino que aceleradamente para tener que pasar la vergüenza de que no se cumplieran tres meses sin facturar con la tienda cerrada. El resto, van como puede, el que puede.

Es desolador ver a muchos bajos comerciales con el cartel de "Se alquila" o "Se vende" con el mismo aspecto que los dejó la barrancada: fachada todavía manchada de barro, interior revuelto y lleno de barro, todo por retirar y limpiar, local con persiana y fachada destrozada... Nadie va a ir a limpiarlo, el dueño no quiere dedicarle tiempo o no puede y espera que otro le haga la faena, mientras que los pocos negocios que han sobrevivido están todavía viéndolas venir.

Y mientras siguen aparcamientos subterráneos por limpiar, TRES MESES DESPUÉS, ya se están haciendo movimientos de tierras con maquinaria pesada para volver a poner en marcha el descampado para uso agrícola de Albal. Así, a medida que vayamos comprando los coches que repondrán a los ahogados, más de doscientos coches vuelvan a aparcar EN PLENA RAMBLA de Pelayo, que el ayuntamiento de Catarroja se empecina en seguir llamando calle de Pelayo en su ceguera característica. Tal cual estaba antes. Repito: TAL CUAL ESTABA ANTES de la barrancada.

Ciertamente este consistorio no está preparado para entonar un MEA CULPA.


Aquaparking situado en mitad de la rambla de Pelayo

Cuando ya comienzan a oírse radiales por doquier, cuando ya se ve llegar material de construcción, cuando las sacas de restos han dejado de contener lodo y basura para dar lugar al material de construcción, la alcaldía de Catarroja no tiene otra ocurrencia que ponerse a reconstruir de nuevo su fracaso.

Un fracaso de docenas de coches expulsados de su ciudad al extrarradio de la ciudad vecina porque así lo ha decidido una persona, sin contar con la autorización de los afectados. Inseguridad por las noches e impertinencias cada vez que caían cuatro gotas.

Un fracaso porque durante la barrancada, las docenas de coches que allí se quedaron, fueron todos barridos por el agua al volver a circular por su paso natural. El aquaparking está en medio de la rambla. Un emplazamiento elegido a pulso por la arrogancia del ignorante que, en su falta de conocimiento, ha elegido el peor emplazamiento posible para los intereses de los dueños de los coches allí expulsados, a quienes debe su sueldo y a quienes se supone que sirve.

Aunque yo no se si los dueños se lo merecen por haber votado irresponsablemente al más inepto para el cargo.

Estado del aquaparking en mitad de la rambla de Pelayo el 30 de octubre de 2024

Un fracaso ecologista. En lugar de reconocer que lo natural es que el agua tenga ese paso precisamente por allí y convertir de una vez por todas esa zona en un barranco que separe Albal de Catarroja del mismo tamaño que el que separa Catarroja de Massanassa y que desagüe el agua por debajo de la vía del tren y de la autovía V-31 hasta la albufera.

Donde debería estar la maquinaria pesada es construyendo YA las conexiones del barranco del Poio con el nuevo cauce del rio Turia y toda la infraestructura hidráulica necesaria para que esta tragedia de dimensiones épicas que hemos sufrido, no vuelva a pasar. Porque seguimos estando con el c**o al aire.

Es especialmente remarcable que sea el ejército el que, por orden de la alcaldía, esté realizando esta tarea, como tantas otras. Y lo decimos porque precisamente es la alianza naci (nacionalista-socialista) que gobierna la alcaldía, una de las agrupaciones que más se han significado en el pasado por su antimilitarismo visceral. Que este atentado ecológico lo esté perpetrando precisamente quien más presume de ecologista y que precisamente lo esté realizando el ejército por su encargo es de una justicia poética insuperable.

Cuando todavía no se han licitado las obras para acometer los desvíos necesarios para evitar estas riadas y las primeras obras comenzarán a partir de 2026, seguimos como el payaso de las tortas, con la cara al aire, esperando recibir la siguiente bofetada climática a falta de 9 meses para el siguiente 29 de octubre. Pero lo mejor no es eso, es que además, tendremos que esperar más de cinco años a que todas las obras estén acabadas. Y eso a fecha de enero de 2025. De aquí a allí, seguro que habrá problemas presupuestarios, imprevistos, elecciones de por medio y tantas cosas. Por lo visto, estas obras no son urgentes, pueden retrasarse en el tiempo mientras, no sabemos por qué razón, nuestros políticos nos tranquilizan porque saben que esto no volverá a ocurrir nunca.

Al igual que el payaso del circo, sigo poniendo bobaliconamente la cara enrojecida por el bofetón inmenso que me acaban de dar porque se que estoy en buenas manos; las mismas que supieron gestionar nuestro dolor y sufrimiento: las mismas manos que nos dejaron a nuestra merced los primeros días tras la barrancada; las mismas que pudiendo haber construido las infraestructuras que nos habrían salvado de esta barbarie, no lo hicieron, a propósito; las mismas que no han dimitido... porque no podemos estar en mejores manos.

El pueblo agradecido sabrá recordar vuestra entrega y sacrificio.


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