Presunción de culpabilidad circulatoria

Recientemente, el concejal sol de urbanismo, tuvo otra de sus ideas luminosas que ponen a este pueblo en la vanguardia urbanística del elenco de pueblos más progresistas valencianos. Gracias sean dadas por haber podido recibir semejante bendición.

Obviamente, la ciudadanía, mostrando su sensus fidei, ha reaccionado y comentado adecuadamente la ocurrencia que, en este caso, sí que ha costado una pasta al bolsillo del ciudadano. Os dejo debajo uno de los muchos comentarios realizados.


Este tipo de medidas tan desproporcionadas y drásticas no hacen sino poner de manifiesto la intencionalidad de quien las promueve, que asume implícitamente la presunción de culpabilidad de los conductores, por el mero hecho de serlo. Si algún conductor, un día, va un poco más dormido o pensando en sus problemas y se le va el coche un milímetro de la ruta establecida por la alcaldía, no tendrá más remedio que cambiar neumáticos y amortiguación, así como realizar un posterior alineado de ruedas. Y además, no deberá protestar porque si lo hace, encima se le meterá una multa por salirse de la calzada y tendrá que pagar los destrozos cometidos a la calzada. Para nada un castigo desproporcionado y sumarísimo.

La alcaldía justiciera, con este tipo de acciones, se pone de parte de la clase ciclista oprimida que, por lo visto demandaba, en manifestaciones multitudinarias y reiteradas, la implantación de medidas severísimas contra la clase fascista opresora y opulenta que todavía puede pagarse un coche. Otra batalla "ganada" en una guerra impostada, de la que nadie era consciente.

Efectivamente, ya lo sabemos, porque nos lo repite hasta en la sopa. que este tipo de actuaciones cuenta con el visto bueno de los informes preceptivos de la Policía Local de Catarroja y que además, están homologados. Pero es de sentido común que este tipo de actuación también generará problemas a largo plazo y ya los está generando ahora, no sólo para los vehículos a motor sino fundamental y principalmente para peatones, ciclistas y motociclistas.

Es cuestión de tiempo que sucedan accidentes, absolutamente gratuitos y evitables, como el de Alex en Barcelona. En algunos lugares donde ya han puesto este tipo de barrera artificial y punitiva, ya se están arrepintiendo y están pasando a otras opciones más amables, inclusivas y tolerantes como los separadores de goma rebasables, entre otras medidas más amigables que no dividan a la comunidad y la enfrente.

Estos separadores van a generar muchos disgustos de diversa consideración y animo a todos los afectados a que presenten sus reclamaciones, no sólo por instancias al ayuntamiento sino que lo publiquen en sus grupos de Facebook, que es donde las denuncias son realmente eficaces pues como les denuncian públicamente, les afecta.

Lo que en un principio parece ser una iniciativa bienintencionada y encomiable por parte del Ayto. de Catarroja para favorecer la fluidez del transporte público por sus calles, está resultando ser, en la práctica, un peligro potencial y real para los usuarios de la vía, lo que provoca accidentes de circulación con caídas y lesiones físicas graves. El infierno está empedrado de buenas intenciones.

Los problemas que tienen estos separadores vienen generados porque los separadores 

  • Tienen que soportar una presión generada por el paso de los vehículos que les acaba provocando fisuras, roturas y cambio de posición, tanto en dichas piezas como en las fijaciones de dichos bolardos al asfalto, generando un peligro real, tanto para ciclistas como para los vehículos.
  • Su propia forma puede avisar a los vehículos de la invasión del carril bici, pero pone en peligro la propia conducción, la seguridad de los elementos de dirección y la integridad física de aquel ciclista que  ose rozarlos

Todo menos reconocer que muy posiblemente otras medidas menos drásticas serían igualmente eficaces para avisar a ambos, ciclistas y vehículos, que se están saliendo de sus respectivos carriles y de que el trazado del carril bici no es el correcto. Especialmente en el polígono industrial.

Por ejemplo, existen delimitadores de carril bici y bus que garantizan que sean advertidos tanto visualmente como físicamente. Suelen presentar un ángulo de ataque tanto frontal como lateral suave que no produce el efecto escalón pudiendo ser abordado por los vehículos de dos ruedas casi paralelamente a la dirección del carril sin riesgo de pérdida de equilibrio.


Por no decir la gran variedad de opciones menos agresivas y impositivas que las elegidas de manera autoritaria y despótica por Louis Martin de Catarroja

Y lo que es peor, ya contamos con ejemplos paradigmáticos de buen hacer como los del puente de la salida a la autopista, que sirven perfectamente para su cometido sin comprometer la seguridad, ni de ciclistas, ni de automovilistas.


¿Alguien que está leyendo esta entrada ha sido consultado y ha validado la opción elegida por el ayuntamiento para separar el carril bici de la calzada para vehículos a motor?




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