Vertedero poligonero

Entiendo que, con todo lo que se ha vivido en Catarroja en los últimos meses, viendo la lentitud con la que se realiza la reconstrucción y la indolencia con la que se trabaja, que el verano es una época especialmente proclive a desacelerar determinados temas.

Sirva esta entrada para darle una afectuosa colleja a algún concejal que le quite el sombrero mejicano de encima y le haga salir del soñoliento letargo en el que se halla dormitando la siesta estival.

Mientras el ayuntamiento de Catarroja ha hecho que la fundació Hortensia Herrero dedique tantos recursos a reconstruir el parque de las Barracas en el linde con Albal, este mismo ayuntamiento ha denunciado la inacción de Albal en su linde con Catarroja cuyas consecuencias conocemos. Aunque sus preocupaciones "conjuntas" son más bien otras

Es curioso que el ayuntamiento de Catarroja se queje de la dejadez de la zona norte de Albal con Catarroja cuando, hipócritamente, el mismo ayuntamiento de Catarroja, hace lo propio exactamente en la misma zona limítrofe del polígono industrial, con su vecino del norte, Massanassa. Aunque no sea en la zona residencial, sino en la industrial.

En las siguientes fotos, pueden observar el estado de dejadez y abandono en el que ha sumido el ayuntamiento de Catarroja la zona norte del polígono industrial de Catarroja que linda con el barranco del Poio. Una zona que podría quedar preciosa y ajardinada, pudiendo servir de espacio lúdico para que comieran allí los trabajadores del polígono, sin necesidad de tener que ir a un bar. Un espacio que podría ser de solaz y descanso tanto para las mascotas como para sus dueños. Un espacio que aumentaría el valor de imagen de las empresas limítrofes y la reputación del ayuntamiento de Catarroja.

Plano general de la zona norte del polígono industrial abandonada a su suerte. Vista desde el paso superior de la vía al lado del barranco del Poio
  

Plano general de la zona norte del polígono industrial abandonada a su suerte. Vista desde el paso superior de la vía al lado del barranco del Poio, ya dentro del polígono industrial

Si desde arriba no se aprecia bien el desmadre, desde abajo se observa mejor el detalle del abandono de la zona, que es extrapolable, desgraciadamente, al resto del polígono industrial.

Montones de escombros y lodos hacinados a la espera de que nadie se de cuenta del estercolero improvisado en el que se ha convertido la zona 

Un erial en el que sólo la naturaleza parece haberse encargado de que crezca algo salvaje en los extremos de este páramo seco

Este espacio hace honor a Martila, el rey de los Catarrhunos, que es el encargado del mantenimiento de este parque, "Porque por donde pasa su caballo, no crece la hierba". Y luego la culpa la tiene el cambiazo climático.

Lo que debería ser un jardín precioso, ahora convertido en un vertedero de escombros desde hace meses y que se pretende continuar por mucho más tiempo ante el asombro y perplejidad de las empresas que allí trabajan y cuyos clientes quedan sorprendidos por el lamentable estado de las instalaciones



 

 

 

 

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