Contenedores a la basura

Detalle del cartel anunciador de las obras por un valor de casi tres cuartos de millón de euros 

Parece ser que, por fin, la cordura se ha adueñado del consistorio y se ha comenzado la retirada de los contenedores soterrados el dos de julio de 2025 en la Avenida Jaime I.

La magnitud de la metida de pezuña es de tamaño industrial porque ya habían conseguido soterrar hasta 61 puntos del municipio. O sea, que la cosa se hizo a conciencia y durante años. Sabiendo que estábamos en zona innundable. Y todo a costa de sisar presupuesto municipal para realizar obras que no queríamos y que no considerábamos necesarias, como se ha reconocido implícitamente. Otra idea iluminada que añadir al resto.

Y para ello, han conseguido que sea el Ministerio de Política Territorial y DesMemoria AntiDemocrática, los que instalen nuevos contenedores en superficie. Y encima lo venden como si fuera un éxito el hecho de que la pifia la paguen otros, cuando el dinero para desfacer el entuerto sale de los mismos bolsillos ciudadanos. ¿Y no dimite nadie por nepotismo? ¿Nadie va a exigir responsabilidades civiles por un gasto tan enorme como inútil?

Tres cuartos de millón de euros. Para los que sabemos el significado de UN MILLÓN DE EUROS, esa cantidad significa que tres vecinos de Catarroja, tendrán que ser esclavizados de por vida para poder reunir esa cantidad de dinero con la que desfacer el entuerto. Y todo esto sin contar los millones que se gastaron en hacerlos y en mantenerlos durante años, encareciendo el coste de los impuestos por retirada de basuras y aparcando proyectos que nos habrían salvado un poco más de la barrancada.

Aquí hay varias consideraciones que realizar: 

  1. Nos hacen gastar a los ciudadanos una pasta soterrado contenedores durante años sin que ningún responsable se percatara de la inoportunidad de semejante infraestructura EN ZONA INUNDABLE. Y nadie asume responsabilidades por ello. Y nadie las pide tampoco.
  2. Soterrar los contenedores cuesta mogollón porque hay que localizar primero el lugar donde hacerlo para que no altere ninguna canalización subterránea. Después hay que hacer un agujero. Hay que encastrar marcos especiales enterrados. Los contenedores y sus correspondientes tapas son especiales y, por ello, más caros...
  3. Los contenedores soterrados son más difíciles de limpiar porque su accesibilidad está dificultada por su diseño. Se estropean más al tener más partes articuladas y mecánicas. En definitiva, su mantenimiento es más caro.
  4. Cuesta más mano de obra, camiones adaptados, tiempo y dinero vaciarlos de basura.
  5. Y ahora, por fin, con la misma clarividencia con la que hicieron estos desmanes, despiertan y se dan cuenta de que ahora los de superficie son más limpios, más baratos, más fáciles de limpiar, más ecológicos... y nadie dimite

Y ahora, el consistorio anuncia a bombo y platillo, poniéndose medallas de ecologetistas que todo este embrollo, por fin, lo van a arreglar. Al igual que hicieran con la gestión de la barrancada, han aprendido, a nuestra costa y a un precio elevadísimo, que los contenedores en superficie son más accesibles, sostenibles y fáciles de mantener y por ello, mejoran la gestión de residuos y optimizar el espacio público.

Entonces, si esto lo venden ahora así, ¿por qué no lo hicieron antes? Y el responsable de que se soterraran durante años, a pesar de ser un solución totalmente antiecológica, ¿va a dimitir? ¿O acaso se piensa que la palabra Dimítir es un nombre masculino ruso?

Y dice la Sra. Alcaldesa de Catarroja que esto ya se sabía desde hace tiempo y que estaba previsto en el Plan Local de Residuos el cambiarlos por su elevado coste de mantenimiento, por sus problemas de salubridad y por su falta de capacidad. Y efectivamente, ya estaba mencionado en el plan, pero sin asignación en absoluto de presupuestos, sin más que una mención a que hay que eliminarlos y que se realizará su eliminación a partir de 2025, sin mencionar plazos, ni partidas presupuestarias, ni nada. Vamos, otro de los muchos brindis al sol de nuestro ayuntamiento. Una declaración de intenciones de las típicas que se mencionan de forma reincidente en cada convocatoria de elecciones. Algo parecido al parque central de Valencia que llevamos camino de dos generaciones de estar vendiéndolo como logro municipal desde antes de los tiempos de Rita Barberá.

Y mientras tanto, donde antes solo había 4 contenedores soterrados, ahora hay más y siempre abiertos, desbordados y con basura por fuera. Dada la inundabilidad del territorio y el gasto de creación y mantenimiento de esos contenedores, la alternativa podría venir de unas casetas que dieran sombra en verano y protegieran del desgaste a la intemperie a los contenedores, que evitaran su desplazamiento en días ventosos y emplear unos contenedores que obligaran a cerrarse siempre u otras soluciones que no consistan en soterrarlos. Y que hubieran suficientes también estaría bien. Las quejas vecinales por los contenedores soterrados no han parado en estos años pasados.

Mucho nos tememos que no sólo no va a dimitir nadie sino que además, tampoco se les va a exigir a los gobiernos anteriores ningún tipo de responsabilidad, ni tan siquiera política. Ja saben que gos entre gos, no mosegua. Aprovecharán para coger el rábano de la agenda 2030 por las hojas de la basura para avanzar en su maravillosa agenda de control social y encasquetarnos unos deslumbrantes contenedores inteligentes ecosostenibles alimentados por energía solar. Contenedores para los cuales se nos va a regalar inicialmente una tarjeta para poder abrirlos. Los que no quieran pasar voluntariamente por el aro, después tendrán que pagarlas por un módico precio. Y así, entraremos en el siguiente corralito consistente en controlar quien tira su basura, a que hora, que contenidos...

Lo veo venir. Y si no, al tiempo. Para eso hemos sido elegidos como cobayas a la fuerza en contra de nuestra voluntad soberana de ciudadanos supuestamente libres. 


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