La vergüenza de una alcaldesa

En el último versículo del capítulo 2 del Génesis, se afirma que tanto Adán como Eva, estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, pero no se avergonzaban uno del otro. No tenían nada que esconderse porque no estaban haciendo nada malo. Todo era bueno.

Tras comer de la fruta del árbol prohibido, se les abrieron los ojos, y se dieron cuenta de que estaban desnudos. Oyeron luego el ruido de los pasos de Yahveh Dios que se paseaba por el jardín a la hora de la brisa, y el hombre y su mujer se ocultaron de la vista de Yahveh Dios por entre los árboles del jardín. Yahveh Dios llamó al hombre y le dijo: «¿Dónde estás?»
Adán contestó: «Te oí andar por el jardín y tuve miedo, porque estoy desnudo; por eso me escondí
Dios replicó: «¿Quién te ha hecho ver que estabas desnudo? ¿Has comido acaso del árbol del que te prohibí comer?»

Quien se esconde instintivamente es porque tiene algo vergonzoso que ocultar. No hace falta decir nada, la transgresión se reconoce implícitamente en la vergüenza que se intenta esconder. Es la elocuencia de la vergüenza reconocida interiormente y el rasgo que certifica la sospecha en quien detecta ese comportamiento.

La vergüenza de la alcaldesa

El 29-O pasaron por Catarroja centenares de miles de metros cúbicos de agua, lodo, escombros, residuos, vehículos... y cadáveres. Algunos de ellos eran de personas, vecinas nuestras que no pudieron resistir el ímpetu de la corriente, ni el nivel de las aguas que circulaban por todas partes.

25 de ellas eran de Catarroja. Encontradas posteriormente en diversas circunstancias. 

Durante semanas, la alcaldesa de Catarroja se escondió literalmente en la alcaldía y en su casa. Contrariamente a su lema de campaña: "Dona la cara", Dña. Lorena Silvent no pudo dar su cara escondiéndose, como Eva detrás de los árboles del paraíso. Lorena se prodigaba en entrevistas a las TVs, siempre detrás de una cámara; entrevistas a los medios dóciles a su partido y en numerosos vídeos en las RR.SS. pero siempre sin pisar la calle y DAR LA CARA a la ciudadanía. En cuanto el pueblo tuvo oportunidad, le dejó claro su preferencia por ella.

Que otros vinieran a dar la cara por ella todavía la enconó más.

 

¿Por qué sucedió esto? Si tan popular era que se consideraba el perejil de todas las salsas, ¿por qué no aprovechó la oportunidad de capitalizar políticamente su fama y prodigarse, aún más, en su presencia pública por las calles presentándose como una heroína salvadora del pueblo? ¿Acaso el pueblo no salvaba al pueblo?

Una persona que tanto disfrutaba de rozarse con el pueblo antes de la barrancada y a la que tantísimo le importaba su presencia en las RR.SS. Una persona que hasta tiene un gabinete dedicado exclusivamente a cuidar su reputación pública, de la que depende para prodigarse en un cargo cuyo suculento sueldo ella merece. Gabinete en el que hay personas especializadas en ingeniería social como Mariló Gradolí Sandemetrio.

Casi siete meses después, es ahora cuando está comenzando a realizar pinitos en actos públicos amables como los moros y cristianos con el fin de ir lavando su imagen pública de cara a las siguientes elecciones de 2027.

La alcaldesa completamente al margen de la fiesta, respaldada por tan solo un par de ediles de su propia corporación, sentada en un discreto segundo plano, muy alejado de anteriores saraos en la que se prodigaba ansiosamente como reina de las fiestas

Fíjense el perfil bajo que presentó en las últimas Fallas y la asepsia con que la trataron en la cabalgata del ninot. La elocuencia de un silencio tan incomprensible como clamoroso. Campaña que comenzará en el mes de las fiestas de septiembre de 2025, porque para 2026, ya llega tarde a crear esa sensación de normalidad con la que quiere tapar todo el pufo de la barrancada a la que ella misma contribuyó.

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