La barrancada del 29 de octubre de 2024 bañó con sus aguas fecundas, centenares de kilómetros cuadrados de uno de los páramos más fértiles de la vega valenciana. Aguas llenas de nutrientes generosamente repartidos por doquier.
Al albur de unas temperaturas amables, comenzaron a florecer plantas que creíamos ya extintas, pero cuyas semillas yacían agazapadas, esperando que se dieran las condiciones adecuadas para desarrollarse y florecer, en todo su esplendor. Muchas especies comenzaron a pulular por doquier. Entre ellas, en esta entrada se destaca al Majorissa Evanescet.
Suele ser una especie que se encuentra en la parte más alta de la cadena trófica. Es una especie en peligro de extinción y está gravemente amenazada por el resto de especies que no paran de buscarla por todo el territorio.
Se comenta que tan solo queda un último ejemplar al que los lugareños dicen que han visto en las RR.SS. Si bien, no podrían asegurar que son imágenes sintéticas realizadas por una IA para mantener la ficción de que realmente todavía existe. Desconocemos si esto es un bulo o si, por el contrario, todavía existe algún ejemplar de Majorissa dado que no se ha visto a ningún miembro de la especie, sobre el terreno, en Catarroja.
La Majorissa en plena acción en su ecosistema preferido: las moquetas de palacio
A la Majorissa se le suele detectar por la cantidad de peces rémora que porta cual escualo que patrulla por el arrecife. Uno de esos peces rémora suele llevar siempre una cámara fotográfica para dejar constancia de su presencia, cada vez que realiza una incursión en el arrecife catarrojense. Esta actitud de macha alfa es emulada sistemáticamente por la Inepta Puella que ve en la Majorissa un ejemplo a seguir. Algunos especulan sobre si la verdadera naturaleza original de la Majorissa tal vez no fuera una Inepta Puella. dada la fruición con la que le gusta entregarse a los objetivos de las cámaras, sean propias o ajenas. Es decir, que la Majorissa no fuera más que una Inepta Puella crecida, o venida a más. Desconocemos la veracidad de estas hipótesis no demostradas.
La Majorissa necesita una madriguera cómoda en la que medrar, acompañada por toda su camada de Concejalus Comunnis, bien sea de su propia familia socia-lista o afín, naciona-lista. Un ecosistema adaptado que no le resulte hostil, como el que recibió a su macho alfa, el Galgus Paiportinus, en las planicies de Paiporta y que, en el último instante abortó su visita al ecosistema de Catarroja visto la cantidad de Lutos Iaculators que merodeaban por doquier en aquellos tiempos aciagos. Este ecosistema se denomina CECOPAL. Nuestra Majorissa tardó casi tres semanas en confeccionarlo tras la barrancada del 29-O.
Declaraciones en el muro del ayuntamiento en una conocida red social en el que se afirma el martes 19 de noviembre que se había constituido el CECOPAL la semana anterior. Entendemos que viernes 15 de noviembre anterior.
Nunca saldrá a territorio hostil, ni se la verá por las calles a pie, dado el pánico que le tiene a los Lutos en general y a los Iaculators en concreto. No vaya a suceder que acabe peor que su macho alfa, al Galgus Paiportinus.
Nunca podrán encontrar en toda la inmensidad de las RR.SS. una foto, una sola foto, en la que la Majorissa aparezca manchadita de algo de barro, emulando a su amado líder supremo, el Dr. Sánchez.
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Esta entrada corresponde a un fragmento de uno de los capítulos que forman parte del libro "CORAZONES DE BARRO (Relatos de la Dana)" editado por la editorial Vinatea. Se puede adquirir por un módico precio y los beneficios devengados de la obra se dedicarán a la ayuda a los DANIficados (Damnificados por la DANA del 29 de octubre de 2024) a través de la Fundación Vinatea Editorial.
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