Hace ya un año, se denunció en estas páginas la curiosa actitud de un ayuntamiento que en lugar de dedicar su tiempo a gestionar el pueblo para hacerlo mejor y más habitable, se dedica a pasar las horas muertas colgado de las RR.SS. a ver qué dice la gente de ellos. Porque de todos es sabido que los votos que les caen en las urnas cada cuatro años son los que les permiten cobrar unos sueldazos que no alcanzarían ni en sueños en el mundo real de la iniciativa privada.
Es por ello que, conscientes de que su sueldo depende de su reputación, es decir, de lo que la gente comenta de ellos, su obsesión no es la buena gestión, sino ir apagando fuegos, a la mayor celeridad, para que no se note que la alcaldía está en llamas desde hace mucho tiempo.
Uno esperaría de un buen gestor elegido por el pueblo para que le solucione los problemas al pueblo, que se anticipara a las necesidades de la ciudadanía, pasándose por el pueblo a pie para detectar carencias o mejoras antes de que la misma ciudadanía lo denunciara. Este sería el comportamiento habitual de una persona que libremente ha decidido entregarse al servicio del pueblo y a la que se le supone competencias adecuadas para el cargo que desempeña.
Sin embargo, la situación no esta. Al contrario, los miembros del ayuntamiento se instalan en una indolencia más propia de las tardes bochornosas del estío y esperan mansamente a que surjan los enanos. Las ventajas de este comportamiento son múltiples:
- Te permite dedicarte al "dolce fare niente" mientras finges estar muy ocupado en tu cargo. Y cobrar fervorosamente todos los meses tu sueldazo. Eso sí.
- Cuando algún tema es denunciado en las RR.SS. es porque resulta especialmente importante o delicado para tu futuro electorado. Ni complejos algoritmos de Inteligencia Artificial, ni estudios de mercado, ni costosas asesorías a terceros... de forma "natural", el mismo organismo vivo que es la ciudadanía, se va quejando de lo que más le duele. No existe mejor marcador.
- Permite aparecer inmediatamente al ayuntamiento en esas mismas RR.SS. afirmando que
- "Ya estaba al tanto del tema", dando la sensación de control y anticipación a sus potenciales votantes.
Ya tenía la solución antes de la queja. Que igual quiero pensar que incluso ya lo tenían todo preparado a la espera de las quejas para poder capitalizar la queja políticamente.
- Que son diligentes, rápidos y eficaces.
Sin embargo obsérvese como si no se hubiera producido la queja, la situación se habría demorado semanas o meses, como se había estado haciendo hasta el instante de la denuncia. ¡Qué casualidad!, ¿verdad?
Otra cuestión más, intenten que arreglen el desaguisado comunicándoselo al ayuntamiento a través del Registro Electrònico en la Sede Electrónica del Ayuntamiento de Catarroja a través de una presentación de instancia general y cronometren los meses que tardarán en arreglarlo. Anoten también si les contestan. Yo todavía estoy esperando que me contesten a una solicitud que hice en julio de 2024 y estamos a agosto de 2025. Silencio administrativo lo llaman, creo. Yo me inclino más bien a denominarlo desidia administrativa, ninguneo administrativo o desprecio administrativo.
Veamos un ejemplo de este singular comportamiento, también denunciado con anterioridad, tan detectable como patético.
Los patos
Tras la barrancada del 29-O, el parque de les barraques quedó hecho unos zorros y con él, los patos que lo habitaban.
El 7 de agosto de 2025, una vecina comparte una preocupación acerca del futuro de los patos y el 8 de agosto, otra denuncia el lamentable estado en el que se encuentran los patos asediados por una ola de calor implacable que tienen que sobrevivir apretujados dentro de unos bloques de construcción que harían palidecer a las soluciones habitacionales de la ministra de la vivienda, Dña. María Antonia Trujillo.
Patos hacinados en bloques de construcción intentando sobrevivir a la ola de calor
Inmediatamente la vecina informa que el conserje le dijo esa mañana del viernes 08/08/2025 que continuarán alimentando los pequeños patos. Vino la mismísima concejal para dar la cara esa mañana y les ha dado la orden de no parar de alimentar los patos. Acción, reacción.
Aunque la vecina no lo pretendía, la publicación de estas lamentables fotos, por lo visto, tuvo repercusión en la alcaldía y alguien amonestó a la concejal, poniéndole las pilas para que cambiara la solución habitacional avícola.
Y a esta acción del día 8 de agosto, he aquí la reacción el 13 de agosto que, con todo lujo de detalles y fotos profesionales, se digna a dar a todo bombo y platillo.
Cursilada humanizante improvisada deprisa y corriendo. Todo queda tan supercuqui como inútil
Poner esas casetas en la orilla facilita la observación por parte de la ciudadanía, pero dudo mucho que los patos deseen ser observados y además, tan de cerca. Seguro que el recelo justificado de los patos hacia los humanos hará que no haya ni un solo pato en las "casitas". Estar tan cerca de la orilla, además facilita el acceso de depredadores naturales de patos a su comida: gatos, ratas que nadan y suben a las casitas flotantes... Si fuera un pato, no me iría a vivir allí no loco. Además, son una ratonera con una única salida que es precisamente por donde entrará el depredador a comerme. El instinto animal ha actuado. Vacías están.
Y encima han puesto las casetas a donde se arremolina toda la podredumbre de la charca.
¿Son conscientes los cursis que ha ordenado esta compra, que no será precisamente barata, el efecto invernadero que tienen, en plena ola de calor? Si su objetivo era conseguir pato a la naranja, creo que lo han bordado.
Hubiera sido mucho más mejor plantas de agua, cañas o arbustos de la Albufera. Habría sido todo mucho más natural plantas y árboles.
Las casetas acabarán en ONGs que cuidan a los gatitos. Al tiempo. Otra idea iluminada de nuestro consistorio, pagada a la fuerza con nuestros impuestos. Otra salida de tono ecologetista de quien presume de ecologismo, pero desde su salón.
Otra idea de alguien que tiene una visión distorsionada de la naturaleza que proyecta rasgos humanos sobre los animales porque que no suele relacionarse con ellos. ¡Cuánto daño ha hecho Disney!
Y de paso, para que quede constancia de que hay alimento de sobra y que si los pájaros no comen es porque están saciados, el ayuntamiento deja caer también esta foto.
En fin.
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