Tal y como ya se puso de manifiesto anteriormente en este blog, el equipo de gobierno nacionalista-socialista del ayuntamiento de Catarrojix presta muchísima atención a los canales sometidos al control de empresas privadas estadounidenses como X, facebook, Instagram, Telegram... Tan sensibles son a estos canales que deberían estar considerados como pseudocanales de comunicación del ayuntamiento.
Como buenos políticos, son conscientes de que se juegan su reelección en base a su reputación. Y es ahí donde inciden estos pseudocanales, con absoluta transparencia, a la vista de TODA la ciudadanía que quiera enterarse de lo que está pasando. Es por ello que ahí sí que el ayuntamiento actúa rápidamente. Esto es así porque las denuncias se realizan públicamente, toda la ciudadanía es testigo de lo denunciado y de las acciones del ayuntamiento son seguidas con lupa pública.
Veamos otro ejemplo más que cumple con la tercera ley de Newton o ley de acción y reacción.
El pasado 24 de junio de 2024, se publicitaba una entrada acerca de un esperpéntico personaje que pulula por el pueblo, que tiene como obsesión desterrar a todos los coches del centro urbano, fruto de su compulsiva peatonalización de las calles de Catarroja. Especialmente morbosa es su obsesión de enviarlos a un oscuro, despoblado y árido descampado donde abandonar los vehículos a merced de los maleantes. Inseguridad que no pasa desapercibida a los vecinos.
Denuncia pública de una vecina sobre la situación de inseguridad a la que Lorenity somete a sus vasallos
Estado de desprotección en el que se encuentran por las noches los coches abandonados en el descampado de Pelayo
Un espacio que, en cuanto caen cuatro gotas, se convierte en el famoso aqua-parking de Catarroja, que emula al aquapark de Rojales, al aquarama de Benicàssim o al de Cullera.
La zona descampada se ha situado deliberadamente en plena rambla de Pelayo. Rambla que se niega a admitir el ayuntamiento echando mano del pensamiento mágico consistente en nombrarla como calle de Pelayo
Vista la denuncia manifestada, las reticentes denuncias públicas de la ciudadanía que antes aparcaba el coche debajo de casa, donde podía supervisarlo cuando quisiera, protegido por el casco urbano y por la luz de las farolas, el susodicho personaje fue advertido seriamente por su ama, con la que mantiene su particular guerra personal y, a regañadientes, finalmente se había incorporado un centro de iluminación para la zona de aparcamiento.
Obviamente, este parche no cubre la chapuza de la solución improvisada que sigue dejando los coches sin vigilancia, a la intemperie y en mitad de una rambla a merced de las inclemencias del tiempo. Pero da la sensación de que se preocupan por nosotros cuando la curda realidad es que TODOS los votantes que aparcan ahí, junto con sus familias, si pudieran, lo harían en otro sitio más cercano a casa, mejor iluminado y más seguro.
Y finalmente ocurrió la barrancada el fatídico día del 29 de octubre de 2024. Algo que todos sabíamos que tenía que ocurrir tarde o temprano, como ocurrirá el terremoto de S. Francisco, en la lejana costa californiana, en breve. Y esto cambió las reglas del juego. Adiós a todos los coches que estaban allí aparcados, adiós a todo el dineral que se habían malgastado asfaltando de mentirijillas la zona, adiós a la iluminación del solar, adiós a las aceras recién puestas, adiós a todos.
Y ahorra, ¿va a reconocer el Sr. concejal de urbanismo la metedura de pata de habilitar una zona perteneciente a la rambla como zona de "aparcamiento"?¿Va a pedir perdón a todos los que han perdido su coche por estar allí aparcado?¿Va a seguir expulsando los coches del pueblo?¿Va a volver a habilitar la rambla como aparcamiento?
Tenemos un consistorio de discapacitados; sí, discapacitados. Y les llamo así porque no pueden reconocer sus errores, ni mucho menos pedir perdón por sus propios errores; ni pedirán perdón por los errores cometidos en el pasado por los consistorios anteriores; ni pedirán perdón a la ciudadanía por otros errores que no voy a listar en esta entrada.
Por fin la naturaleza, en su particular venganza ecoilógica, se lo ha regalado al Il.luminatti. Catarroja, ciudad sin coches, ciudad peatonal, a la fuerza, a la trágala. Amarga es su victoria para todos.
De todos es sabido que del árbol caído, todos hacen leña y los despojos de lo que ha quedado de l'Horta Sud son muy apetecibles por los leones rugientes que nos rodean. Aprovechando la doctrina de Shock, tal y como se hizo en la plandemia del 2020, ya sólo falta que estos iluminados se sometan a la agenda 2030 y supliquen ayudas para convertir a estos despojos en cobayas forzosos vendidos como esclavos al NWO y así, transformarnos en un ejemplo paradigmático de la ciudad de 15 minutos y exponernos como esperpentos de feria delante de todo el mundo. Al tiempo. Si las subvenciones de la U.E. son sustanciosas, estos nos venderán por un plato de lentejas.
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