Pleno del ayuntamiento en febrero
Basta observar las palabras de la concejal de Bienestar Social del Ayuntamiento de Catarroja, Nuria Blanch i Esteban, afirmando al finalizar la reunión del CLER de Catarroja que «estamos alineados totalmente con las demandas del CLER y andamos juntos por esa línea» para notar enseguida que los CLER son las coartadas que emplea el ayuntamiento para justificar su supuesta sensibilidad social, hacer como que escucha al pueblo y parecer como que apoya a las víctimas de la barrancada.
Teniendo en cuenta el notable sesgo político que sostiene Nuria Blanch i Esteban, no es de extrañar la afinidad y sintonía que muestra hacia estos CLER.
De hecho, aunque el ayuntamiento ya tenía su particular Plan de Actuación Municipal en febrero de 2025, le faltó tiempo al ayuntamiento nacionalista-socialista para que, nada más crearse el CLER de Catarroja el 24 de enero de 2025, incorporara, con carácter de urgencia, nada más y nada menos que una Declaración Institucional reconociéndolos como:
- Mecanismo de participación real formados por la sociedad civil y la administración, tanto comarcal como de país, se entiende que valencià. Participación que reconoce se está creando en muchos de los pueblos afectados.
- Tomar conocimiento de la puesta en marcha de un Comité de Emergencia y Reconstrucción, formado por el tejido social y económico de los diferentes municipios participantes junto con su Ayuntamiento correspondiente.
- Reconocer el Comité de Emergencia y Reconstrucción como mecanismo de participación real en la toma de decisiones relativas a la planificación, diseño, ejecución y evaluación de la reconstrucción de los daños materiales, emocionales y humanos provocados por la DANA del 29 de octubre de 2024, y de instrumentos de control y transparencia respecto a la ejecución de decisiones y, particularmente, de los posibles contratos y acciones con implicaciones económicas.
- La consideración legal de este Comité de Emergencia y Reconstrucción, como actor clave, en la participación ciudadana el derecho a intervenir individual o colectivamente en los procesos de toma de decisiones para incidir en la gestión, ejecución y seguimiento de las políticas públicas, promoviendo e impulsando la participación de la ciudadanía y facilitar que pueda tener un papel protagonista en las políticas públicas y en la toma de decisiones. Es decir, gestionar la pasta gansa proveniente de nuestros impuestos.
No es cuestión de llenarse la boca con Declaraciones Institucionales, fuertemente cargadas de ideología; llegando a mencionar incluso a la Agenda 2030; hablando de la importancia de la solidaridad vecinal o de la importancia de reconstruir no sólo el que se ha destruido, sino también, de reforzar el tejido social y asociativo que fortalece las comunidades ante la adversidad. Se trata de articular mecanismos que permitan la participación REAL de TODOS.
TODO el vecindario tiene
el derecho de poder opinar y decidir cómo es la reconstrucción, no sólo
unos pocos autoelegidos para que actúen en connivencia con el
ayuntamiento y le sirvan de coartada al poder para poder desplegar unas
políticas que siguen imponiéndose desde los iluminados que hemos tenido
la gracia de recibir de manos de los dioses.
La pregunta sería si sólo con los CLER se consigue este objetivo o si convendría añadir nuevos actores sociales a la reconstrucción. Actores que pueden incorporar los conocimientos y experiencias de la ciudadanía en
la elaboración de las políticas publicas y la evaluación de los
resultados conseguidos.
Mucho me temo que en estos CLER que surgieron aparentemente desde una nada gris y sin testigos, son sospechosos de cierta opacidad interesada en su creación, convirtiéndose en la práctica en un mecanismo de control de la voluntad del pueblo. Conociendo la trayectoria política de los que nos gobiernan, el recelo es casi una medida profiláctica de prevención obligatoria.
Cualquiera que quiera aportar algo, tiene que hacerlo a través de ellos y quien controle el CLER adquiere ideas gratis para sus particulares fines políticos en los siguientes comicios locales así como puede modular la intensidad de las demandas, quejas o solicitudes de dimisión, entre otros la nunca suficientemente bien amada alcaldesa a quien Dios guarde por muchos años... pero bien lejos.
En estos CLER, no están representados los partidos políticos de la oposición, a los cuales se les ningunea sistemáticamente y a los que no se les ha permitido tener absolutamente ningún protagonismo en el proceso de reconstrucción. A pesar de ser y representar a una parte muy importante del pueblo.
Tampoco veo allí representadas a las personas también afectadas por la DANA que pertenezcan a las fallas, a las asociaciones cívicas culturales, a las parroquias, a Cáritas Interparroquial, cofradías, a profesores universitarios que vivan o estén vinculados a la población para emplearlos como think tanks y tantas y tantas asociaciones sociales que existen en Catarroja, al margen de los CLER y de sus intenciones.
La recuperación no puede limitarse a la reconstrucción de infraestructuras o a la restauración de servicios básicos, únicamente, y tal como existían, sino que hay que repensar el modelo de infraestructuras y servicios en función de lo ocurrido en lugar de echarle las culpas al cambio climático; antropogénico, se entiende.
Queda muchísimo por hacer y sólo se están encargando algunos de hacerlo.
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