La barrancada del 29 de octubre de 2024 bañó con sus aguas fecundas, centenares de kilómetros cuadrados de uno de los páramos más fértiles de la vega valenciana. Aguas llenas de nutrientes generosamente repartidos por doquier.
Al albur de unas temperaturas amables, comenzaron a florecer plantas que creíamos ya extintas, pero cuyas semillas yacían agazapadas, esperando que se dieran las condiciones adecuadas para desarrollarse y florecer, en todo su esplendor. Muchas especies comenzaron a pulular por doquier. Entre ellas, en esta entrada se destaca al Galgus Paiportinus.
El Galgus es un espécimen esbelto, bien parecido y chulo de verdad como él sólo puede llegar a serlo. La altivez y condescendencia con la que se mueve llega de dignidad a todo aquel que es bendecido con su presencia insigne.
En los días posteriores a la riada, el Galgus tuvo a bien descender desde el Olimpo de los galgos y venir a compartir su presencia con el pueblo llano, llegando incluso a rebajarse a compartir, por unos efímeros instantes, su entrañable presencia con otros ejemplares como el Borbonibus Rex o el Carolus Mazónibus.
Había elegido el Galgus aquellos territorios, que él creía amigos, por estar regidos por alcaldesas socia-listas (Paiporta y Catarroja) que pertenecen a su misma especie. Pensaba el Galgus que si estos ejemplares habían podido sobrevivir, él tendría su presencia avalada. Sin embargo, no contaba con que habían sobrevivido por haberse confeccionado una madriguera cómodamente enmoquetada en la que resguardarse, no habiéndose atrevido a pisar el barro por precaución justificada, visto el recibimiento que se le hizo al Galgus. De hecho, el Galgus ya no pudo acudir a Catarroja, su siguiente visita, compungido por los excesos del Iaculator.
El Iaculator es una especie depredadora de Galgus. Los aciagos hechos acaecidos al Galgus Paiportinus eran de esperar en un territorio plagado de Iaculators de los que nadie advirtió de su presencia al Galgus.
Fragmento del reportaje “Bienvenido Dr. Sánchez”, de Berlanga, en el que se ve la actuación estelar del Galgus en plena carrera
El pueblo agradecido, viendo la esbeltez, porte y agilidad con la que eludía el Luto de una forma tan insigne y digna, no dudó en apodarle cariñosamente como el Galgo de Paiporta, de donde le viene el nombre a esta curiosa y ágil especie.
En la rueda de prensa se puede observar el rostro agotado del Galgus tras la carrera que ofreció generosamente para deleite de los lugareños, así como unos zapatos pulcros e impolutos con los que se presentó a la rueda de prensa tras la ágil carrera en la que casi ni rozó el suelo lleno de barro.
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Esta entrada corresponde a un fragmento de uno de los capítulos que forman parte del libro "CORAZONES DE BARRO (Relatos de la Dana)" editado por la editorial Vinatea. Se puede adquirir por un módico precio y los beneficios devengados de la obra se dedicarán a la ayuda a los DANIficados (Damnificados por la DANA del 29 de octubre de 2024) a través de la Fundación Vinatea Editorial.
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