A dios pongo por testigo...

La fatídica noche del martes 29 de octubre de 2024, en Catarroja se marcó un antes y un después. Una ola de destrucción no sólo segó la vida de cuajo de 25 vecinos nuestros, sino que cambió la vida del resto para siempre.

Tras el brutal golpe que nos dejó a todos tendidos en el suelo, este gran pueblo, se levantó. Se levantó ayudado por los que no fueron golpeados físicamente en Valencia capital, en los pueblos de alrededor, en las provincias de alrededor, por toda España e incluso por otros países; pero que sí sintieron el golpe en lo más profundo de sus almas. Se sintieron abrumados, impotentes, agredidos, solidarios con nuestra injusticia. Y se levantaron y vinieron a ayudarnos porque la magnitud de la desolación no podía ser soportada sólo por nosotros. Había que arrimar más hombros porque la carga era insoportable. 

Pasado el momento de heroicidades, de reponerse, de hacer el balance de daños, es momento de reinventarse y pensar a lo grande, dejando aparte nuestras habituales diferencias.

Es hora de que nos levantemos del suelo polvoriento, de los lodos recibidos, como hizo Scarlett O'Hara en la mítica escena de la película "Lo que el viento se llevó", en la que de perfil, abatida, se yergue sobre sí misma, sobre la loma que coronaba su hacienda recién quemada y actualizar aquel mítico discurso diciendo con el puño en alto: 

“A Dios pongo por testigo... a Dios pongo por testigo de que no lograrán aplastarme. Viviré por encima de todo esto, y cuando haya terminado, nunca volveré a pasar por otra inundación. No, ni yo, ni ninguno de los míos. Aunque tenga que estafar, que ser ladrona o asesina, ¡a Dios pongo por testigo que jamás volveré a pasar por otra inundación!”.

Llegará el tiempo de exigir responsabilidades a la caquistocracia para que pague por sus inoperancias, por su nepotismo; pero sobre todo para hacer un severo análisis personal que nos avergüence por haber elegido a los peores para nuestro gobierno. Una autocrítica que nos lleve elevar el nivel de exigencia de aquellos que se proponen para dirigirnos. Es nuestra responsabilidad, es nuestra obligación; por nosotros; por nuestros hijos; por el futuro de este pueblo.

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