Si ustedes le preguntan a cualquier miembre del consistorio catarrojense acerca de por qué llevamos meses teniendo que soportar montañas de escombros de la barrancada del 29-O en la marginal derecha del barranco del Poio; todos, al unísono, contestarán que ellos no tienen competencias sobre las actuaciones que se realizan porque eso le corresponde a la CHJ.
Maestros de la estrategia futbolística, tienen bien ensayado lo de tirar balones fuera. Cualquier cuestión que puedan quitarse de encima referente a la barrancada, la despachan rápidamente y se quitan las responsabilidades infantilmente, como si a todos y cada uno de los concejales le hubieran instalado la última e idéntica actualización del "güindous", a la vez.
Vista desde el puente de acceso al polígono industrial de Catarroja. A mano izquierda, las montañas de escombros y residuos extraídos de lecho del barranco.
Si ustedes son conductores habituales de la pista de Silla, no tendrán más remedio que salir por la carretera que recorre paralelamente la marginal derecha del barranco del Poio. Entre la carretera y el barranco, hay una zona de servidumbre que supuestamente debería ser verde y esplendorosa, pero que suele estar marrón desde el 29-O.
Vistas desde la rotonda de acceso al polígono industrial de la cadena montañosa de escombros que llevan meses sin recoger a la espera de seguir victimizándonos y humillarnos con lo sucedido camino de diez (10) meses después de la barrancada.
Actualmente, esta zona está ocupada por cientos de toneladas de lodos secos, cascotes, cañas muertas, y una sutil manta verde de vegetación autóctona que medra ante la presencia de ricos nutrientes que allí se hacinan entre otros elementos que también fueron traídos por las aguas.
Cadena montañosa de escombros en la marginal derecha del barranco del Poio.
Esta cadena montañosa de escombros que se extienden por centenares de metros hasta la pista de Silla, no deja de sorprendernos dado que todos los anteriores ya fueron llevados a sus correspondientes centrales de tratamientos de residuos, procesados, reciclados y almacenados donde tocara. Desconocemos por qué, estos mismos residuos, no han sido trasladados, nada más ser generados, a esas mismas instalaciones y el por qué de dejarlos secar durante meses a la intemperie a la espera de no se sabe qué actuación.
Sensación de basura acumulada que no nos la quitamos de encima en ningún momento porque siempre hay signos, en este caso deliberado, que se encargan de recordárnoslo en la entrada más emblemática del pueblo.
Lo que sí que sabemos es que nuestra insigne alcaldesa o bien no ha movido un dedo para que esta situación cambie o si lo ha hecho, no nos ha servido de nada, dado el peso político que está demostrando antes las instituciones responsables de estos cometidos.
O a lo mejor, igual es que le gusta retozar cada día que pasa por allí en las montañas, cual Heidi en busca de Marco y sus cabritas. Tal vez los aromas que desprenden los residuos le evoquen recuerdos ya olvidados de lo que sucedió. A lo mejor, es que así, seguimos manteniendo nuestra victimización presente todos los días, para que no se nos olvide lo pasado y poder seguir enarbolando nuestra bandera de DANificados o damnificados por la DANA.
Distintas tomas desde dentro del desastre que deliberadamente se consiente desde el ayuntamiento y se promueve desde la CHJ.
Las imágenes hablan por sí solas y dan idea de la magnitud de la escombrera improvisada, como tantas cosas que se vienen haciendo en Catarroja últimamente. Una escombrera que ha venido, parece ser, para quedarse, vista la inacción de nuestra alcaldesa o la apatía con la que presiona a las instituciones responsables de ningunearnos prestas a pegarle una patada a la alcaldesa en nuestro culo.
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