Alcaldía confesional

Melchora, Gaspara y Baltasara, las tres meigas de enero que desfilaron en las Felices Fiestas de Invierno de 2024, antiguamente llamadas "Navidad"; nombre este cuyo significado se ha perdido en la bruma de los tiempos

Siguiendo el patrón descubierto por Freud, los desengañados de Dios, como si de adolescentes religiosos se tratara, tienen que construir su propio imaginario matando al padre. En este caso, el padre es la religión católica a la que detestan y, al mismo tiempo admiran. Un padre al que quiere emular y superar, pero que al mismo tiempo tiene que matar para poder "ser" y construirse sin él, convirtiéndose posteriormente, a su vez en un nuevo padre (religión).

En este estado de ánimo de ambivalencia afectiva debe de entenderse el cambio de religión de estado que hemos estado viviendo en España desde la caída de Franco en 1975. Un asalto y derribo de las antiguas creencias donde el nacional-catolicismo ha sido hostigado por un nuevo credo nacionalista-laicista.

En este cambio de religión de estado debe de entenderse iniciativas como la de elegir como fiesta el día 6 de diciembre para celebrar la nueva biblia, denominada ahora constitución y que recoge la palabra del nuevo dios-estado. Fiesta absolutamente prescindible e impostada, cuyo fin principal es la sustitución de la fiesta de la Inmaculada Concepción de María. Por eso, en todos los medios de propaganda estatal, la denominación del puente de la Inmaculada ha sido sustituida por la del puente de la constitución.

Así, se van creando nuevas fiestas pertenecientes al nuevo credo de un estado confesional que vienen a sustituir a las pertenecientes al anterior, que no antiguo, credo católico. De esta manera, se ha eliminado la fiesta del jueves del Corpus y se ha pasado a domingo, sacrificando esa fiesta en el altar del nuevo dios del trabajo, como tantas otras.

El estado, y en este caso, la alcaldía de Catarroja, sigue siendo un estado y una alcaldía confesional, como lo era anteriormente en la época de Franco. 

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