Para poder estabular al ganado salvaje y poder explotarlo en beneficio del granjero, nunca en beneficio del propio ganado, hay que seguir un protocolo de actuación muy conocido entre los ganaderos, pero no por ello menos eficaz. Y es eficaz porque es importante que el ganado no lo conozca o al menos, no sea consciente de que se lo están aplicando.
El método
El método se denomina corralito. Un corralito consiste en:
- Ir colocando cercas al ganado en su hábitat natural. El objetivo de esta fase es que el ganado salvaje se acostumbre a la existencia de un nuevo elemento artificial, colocado por el ganadero y conseguir que el ganado acepte su presencia, como si fuera un elemento natural más que siempre ha estado ahí. Deben aparecer al principio unas pocas vallas dispersas en lugares que no dificultan la vida salvaje habitual de la manada. El ganado no debe percibir ninguna limitación de su libertad.
- Es importante que, al principio, se gane la confianza del ganado, que no debe ver en las vallas ninguna amenaza; que las perciba como algo necesario e incluso útil.
- Seguidamente se van colocando más y más vallas bordeando una zona amplia que permita el habitual desarrollo de la actividad salvaje del ganado en libertad. Lo importante es que cada vez que se coloca una valla nueva, no se supere NUNCA el umbral de rechazo o dispare alarmas de la manada. Es decir, que no hayan incidentes con las vallas o que incluso sirvan de entretenimiento. La reputación de las vallas no debe atacarse porque entonces todo el proceso se detiene o incluso debería retraerse, con el consiguiente desgaste reputacional del ganadero y retraso en la obtención de sus beneficios.
- Un día, la proliferación de vallas llega a impedir el paso a un pequeño páramo sin importancia en el que hay ricos pastos, pero no importa porque el paso al páramo era lago difícil y además, todavía quedan muchos ricos pastos en el resto de la pradera. Ese día es el punto de inflexión porque la manada ha asumido que la vallas pueden impedir el acceso a recursos gratuitos que ahora cobran más valor para la manada. Aplicando la ecuación coste/beneficio, a la manada, en su conjunto, la situación le sigue pareciendo aceptable.
- Al principio, es posible que algún miembro de la manada pase por el cierre, proteste, embista... pero la valla debe de resistir. No debe ceder. Hay que conseguir que haga su labor pedagógica: soy inamovible. Mi presencia es superior a la tuya. Yo impongo y tú acatas.
- Llega un momento en el que el cerco se cierra y ya nadie puede salir del cerco. Es más, todos han aceptado la presencia, incluso necesaria del vallado. Normalmente es por tu seguridad. Dicen que el vallado impide que los lobos entren a comerse a los dulces terneritos.
- Cada día, se elimina una valla y se va cerrando el círculo, limitando cada vez más el ecosistema en el que se desenvuelve el ganado.
- El punto llega a tal extremo que el pasto que queda en el cercado ya está muy limitado y es necesario un poco más aporte externo.
- Entonces, de repente, mágicamente, aparece un día un corral mucho más pequeño. Obviamente, nadie se va a colar ahí voluntariamente. Pero el granjero, ha puesto un suculento manjar dentro: pasto fresco, recién cortado. Pasto obtenido del terreno donde antes vivía libremente el ganado. Huele bien y atrae a los más hambrientos. Todas las noches, el cercado pequeño, se cierra y la parte de la manada que está dentro está contenta. Tiene pasto en abundancia, y sin moverse. Fuera del corralito hace frío y hay cada vez menos pasto. De eso ya se encarga el ganadero.
- Sí que es verdad que para poder comer pasto, hay que dejarse sacar la leche, pero compensa en la ecuación coste/beneficio de las reses que están dentro.
- Fuera de la cerca, ya se encarga el ganadero de que el coste cada vez sea mayor para un beneficio cada vez más mermado.
- Poco a poco, van entrando los miembros más hambrientos y necesitados que están fuera hasta que finalmente, todo el ganado está en el redil. Fuera ya no queda pasto que comer.
- Entonces es cuando el ganadero comienza la explotación sistemática y continuada del rebaño.
Este proceso de control social puede ser ayudado por otras técnicas complementarias que vienen en su ayuda, como la ventana de Overton, también conocida como la pendiente deslizante o la metodología de la rana en agua hirviendo.
Corolario
Finalmente, el rebaño
- Que antes vagaba libre por toda la montaña, se ha convertido en ganado estabulado en una miserable prisión del páramo al que llaman establo.
- Que antes era dueño de sí mismo, ahora es un ganado sumiso al ganadero.
- Al que antes devoraba el lobo, del cual no dependían, que sabía que era su depredador y enemigo y del cual podían defenderse; ahora es devorado por el ganadero, al que consideran amigo y del cual no pueden defenderse.
- Era autosuficiente y no dependía del lobo, ahora que no sabe cómo sobrevivir sin la presencia del ganadero.
- Tiene ahora limitada y condicionada su existencia según la voluntad del ganadero.
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