La baja se realizó verbalmente porque no recibimos ningún papelito confirmando que se nos había dado de baja, aunque la chica que estaba en el mostrador tecleando en el ordenador nos lo confirmó verbalmente.
Nuestra sorpresa fue que, ingenuos de nosotros, asumimos que el sistema de gestión poseía unas competencias de las que, como hemos comprobado en carne propia, carece.
Tras pasar el verano, sobre finales de octubre nos dimos cuenta de que se estaban produciendo en la cuenta unos cargos que no teníamos controlados. Al ir al detalle, confirmamos que seguían siendo las mensualidades del pabellón de deportes que se suponía se habían dado de baja. Es por ello que nos pusimos en contacto con ellos para ver qué estaba pasando. Efectivamente, les constaba en el sistema que estábamos dados de baja desde junio. Sin embargo, sospechosamente, las cuotas se seguían cargando en la cuenta.
Tras descubrir el fiasco, se volvió a cargar la mensualidad de noviembre. Nos informaron que rechazáramos los cargos en cuenta, cosa que hicimos de inmediato. No obstante, la mensualidad indebidamente cobrada de septiembre no llegamos a tiempo de rechazarla. Es decir, sólo pudimos rechazar octubre y noviembre. Puestos en con tacto de nuevo con el departamento de contabilidad nos confirmaron que se habían puesto en contacto con los responsables del servicio y que en breve me contestarían sobre la devolución.
A la semana siguiente, tuve que llamar yo de nuevo a mantener el tema abierto porque nadie me había contestado afirmativamente con respecto a la devolución de las tres mensualidades indebidamente cobradas. Me confirmaron que habían hablado con los responsables y que habían acordado devolverme las tres mensualidades de julio a septiembre.
Dado que las semanas iban pasando, el dinero no se ingresaba en cuenta (estamos hablando de devolver la astronómica cantidad de127,8 euros) y nadie parecía informar de nada, volví a llamar y me volvieron a confirmar que los responsables estaban al tanto y que la devolución se juntaría con la remesa de facturas que se mandaba a los bancos el 2 de enero de 2024.
Tras llamar el viernes de la primera semana de enero confirmando que no había llegado nada, me indicaron que al ir por conductos diferentes, posiblemente tardaría algo más en realizarse el abono. Que tuviéramos paciencia. Cosa extraña esta de los conductos en los cuales, por lo visto, el conducto de chupar está lubricado mientras que el de devolver está siempre atascado. Debe de ser un problema del departamento de limpieza.
A la semana siguiente y a la siguiente de la siguiente, volví a llamar para informar el sospechoso taponado del "conducto" que ya me estaba comenzando a mosquear.
Finalmente, el 24 de enero de 2024 mandé de nuevo un correo electrónico a mailto:info@pabelloncatarroja.com indicándoles que llevávamos más de un mes y medio desde que rechazamos los cobros de octubre y noviembre del pabellón y nos habían confirmado que nos devolverían los cargos de los meses de julio, agosto y septiembre en la remesa de facturas emitidas el 2 de enero.
A 24 de enero, todavía no nos habían hecho el ingreso de los tres meses de la cuota familiar que teníamos indebidamente cobrada.
A cinco de febrero, tampoco se ha formalizado la devolución de las cuotas de junio, julio y septiembre de 2023. Tampoco nadie se ha puesto en contacto con nosotros para informarnos de que se ha formalizado ya la devolución, ni nadie nos ha pedido disculpas por las molestias ni mucho menos espero a estas alturas que se me paguen los intereses devengados de demora. Me doy con un canto en los dientes si consigo recuperar el préstamo de 127.8€ con el que llevo financiando las actividades del pabellón al 0'% de interés desde hace ya camino de un año.
Sólo la cantidad de llamaditas, anotaciones en la agenda para no olvidarse del tema, el cansancio mental de un tema inacabable que no parece terminar nunca... vale más que el dinero requerido.
Es una vergüenza que un servicio público; repito: Servicio porque está a nuestro servicio, para hacernos la vida más fácil y cómoda, pagado con nuestro dinero, por eso es además Público, traten así a aquellos de los cuales viven y para los que viven y sirven.
No se extrañen luego de la desafección de la gente de la calle por lo "público" y nos quejemos de los impuestos con los que nos saquean los bolsillos... para esto. No nos merecemos que nos traten así.
Yo pensaba que vivíamos en la California de Europa pero, por lo visto, debe de ser la California de 1815, no la de 2024.
Y lo peor no es que la responsabilidad directa sea del ayuntamiento, sino de la empresa concesionaria que gestiona los servicios. Pero la responsabilidad subsidiaria sí que la tiene.
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